sábado


Nuestras manos se enlazaron como si fueran una sola, mis labios acariciaron los tuyos, acostumbrados pero admirados a la vez, nunca me has dado un beso similar a otro, siempre tienes esa capacidad de robarme el aliento por sorpresa, esa destreza de atraparme con tu voz, enamorarme cada día más con tu sonrisa y desequilibrarme con tu mirada. No preciso nada, nada que no seas tú.

No hay comentarios: